sábado, diciembre 08, 2007

Como la señora de los hongos, la madre de los santitos, tuve a Emiliano. De cuclillas, solo que en lugar de la tierra de Huatla de Jiménez fue en el agua y yo estoy lejos muy lejos de ser María Sabina, ya quisiera tener esa fortaleza. Pero si en las aguas de una tina, en el hospital Santa Teresa, sin una sola gota de anestesia así se asomó tu pequeña cabecita mi amor, y entre gritos no de dolor sino por miedo e ignorancia a estrangularte, sacaste de un tirón todo el cuerpo. Nadaste hacia mí, con ayuda del doctor, y te prendaste de mi pecho, y desde ahí no nos hemos separado ni un instante. Y así cada vez que quieres leche, un beso o un arrullo, te prendes de mí. Todos mis odios, rencores viejos, nostalgias, envidias se quedaron en esas aguas, y una vez que ambos salimos al aire, decidí junto contigo mi pequeño angelito empezar una nueva vida. Cuatro días de trabajo, y solo cuatro horas en la sala de parto. Naciste el 20 de noviembre y entonces tu nombre, Emiliano, cobró sentido, porque también tienes y eres del color de la tierra. El pelo y los ojos negros, la carne roja. Además de ser el aniversario de un levantamiento revolucionario que terminó con la dictadura de Porfirio Díaz y que encabezó Zapata y también Villa, los ciudadanos fueron llamados a tomar las armas a las 6 de la tarde, tú naciste a las 7 y 27. Pesaste 2 kilos 720 y mediste 45 centímetros. Y bueno, todo el embarazo te llamé dulcemente rojito y querido hijo no podías haber elegido otro día mejor para portar este mote. Este día maravilloso, hubo noticias locas. El presidente de Brasil, Lula Da Silva, aseguró que Dios es brasileño porque encontró un gigantesco yacimiento de petróleo en el país. . Arqueólogos italianos encontraron “El Lupercale”, cueva donde según cuenta la leyenda una loba amamantó a los hijos del dios Marte, Rómulo y Remo, gemelos fundadores de Roma. La cavidad fue hallada 16 metros bajo tierra sobre la ladera del monte Palatino. Y más de 30 artistas de todo el mundo, anunciaron que se tumbarán en la cama del gran poeta, Federico García Lorca a manera de homenaje. En fin mi dulce angelito, fue el día más maravilloso de mi vida. Nunca imaginé cómo eras, ni verte así, pero ya te tengo y soy la mujer más feliz del universo, y desde que vi tus pequeños ojitos, tus manitas sujetando mis dedos, tu boquita comiendo de mí y escuché tus pequeños suspiros aprendí lo que es amar.

1 comentario:

Ana A. dijo...

Amiga, no pude evitar irme sin leer esto que me llamaba tanto la atención mientras platicábamos. Me costó trabajo reaccionar después de terminarlo, de verdad es hermoso.
Una bendición si, pero también una suerte que Emi tenga una madre como tu.
Sigue escribiendo...